La televisión muda Cuento
de Carlos Ponce Meléndez
Roberto, siendo muy
pobre, compró una televisión de segunda mano. El aparato solo se veía, pero no
se escuchaba. Según el vendedor, solo
había que pegar un par de cables. Cuando Roberto abrió el televisor fue tan
grande su estupor que de inmediato la cerró y no averiguo si podría escucharla.
Roberto veía concursos, bailarinas, telenovelas y hasta debates políticos. Así Roberto se volvió extremadamente hábil en descifrar lo que las gentes estaban diciendo nomas viendo. Cuando llegó la carrera presidencial, Roberto supo desde el principio que ningún candidato era bueno.
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