Ver al mundo como una
granada que va a explotar o como una manzana llena de gusanos humanos. Saber
que se existe sin saber para qué, pensar que no hay gobernantes buenos, creer
que no hay otra vida después de la actual, leer y no entender el Aleph de
Borges, subirse a un barco y volar. Escribir con una goma, pedirle a un policía
un poema, crecer viendo al cielo, ir al cine a ver flores, enamorarse de una
mujer que sale en la televisión, estudiar filosofía, trabajar para el gobierno,
disfrutar sin alcohol; todos esos son los sueños de un gigante.